No pueden los Demócratas negar que la designación de Susan Palin como compañera de fórmula del virtual candidato Republicano Mc Cain cayó como una bomba en el escenario de la política norteamericana. Aún la prensa abiertamente simpatizante de Obama, -que son todos los grandes medios periodísticos del país-, ha debido reconocer que el anuncio los tomó por sorpresa, al extremo de que afirman sin ambages que los demócratas perdieron todo el efecto del extraordinario discurso de Obama.
Palin es una mujer de orígen modesto, la primera candidata a la Vicepresidencia en la historia del país, Gobernadora de Alaska, madre de familia con cinco hijos, uno de ellos con síndrome de Dow, deportista e incluso reina de belleza, su irrupción en la campaña parecería un acierto, si bien ella es totalmente desconocida del público.
Antiabortista, partidaria de las armas privadas, y enemiga del matrimonio entre homosexuales, el efecto sobre los votantes, sin embargo es incierto. Por ejemplo entre las propias mujeres, que vieron con desilusión la derrota de Hillary Clinton, un tercio de cuyos partidarios declaró hace pocos días que estaba dispuesto a votar por McCain.
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