viernes, 21 de noviembre de 2008

A propósito de las promesas de Obama II

^ La pronta salida de Irak. Tampoco esa salida es tan sencilla como lo esperan algunos. El retiro en 16 meses no es solamente una utopía, sino que sería un error que significaría una seria derrota estratégica para los Estados Unidos. Ese retiro prematuro de Irak, antes de que un Ejército nacional se haya constituído plenamente y sea verdaderamente operativo, dejaría al país librado  a la influencia de Irák que permitiría el regreso triunfal de Al-Quaeda, en el mismo momento en que el General Petraeus ha logrado volver a la población sunita contra la organización de Osama Bin Laden. Una marcha precipitada debilitaría también a los aliados de EE. UU. en la región y determinaría el principio del fin de la presencia de las bases norteamericanas en las petromonarquías, indispensables para la estabilidad del Golfo Pérsico y para el aprovisionamiento de los embarques petroleros.

Es por todo eso, que las expectativas de un abandono de Irak por las tropas norteamericanas, son muy poco realistas, y esta promesa electoral del nuevo Presidente no podrá ser cumplida, al menos por un lapso mucho mayor del que éste fijó en el curso de su campaña electoral.

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