Uno podría encontrarle un aspecto positivo al estilo verbal del nuevo Ministro de Defensa en cuanto tiene de categórico y fuerte, en contraste con las posiciones anteriores, quizás excesivamente cautelosas frente a las continuas amenazas e insultos recibidos del otro lado de las fronteras nacionales. Infortunadaente al Ministro parecen no haberle explicado que el lenguaje de las instituciones públicas y especialmente de quien hace parte del gobierno, no se asemeja en nada al que se utiliza en el seno de los gremios económicos privados. Y que la llaneza, muy útil cuando se habla para campesinos, resulta extremadamente indelicada y riesgosa en los escenarios internacionales y en relación con los jefes de Estado extranjeros.
El Señor Ministro ha explicado precisamente, que al mandar a zapatero a ocuparse de sus zapatos simplemente utilizó el estilo que siempre ha empleado al hablar con los cultivadores de café, de cuyo gremio vino para el cargo público que ocupa.
Con lo cual logró el efecto de maltratar también a los campesinos.
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