Comenta “El Tiempo” las inquietantes nubes de la economía mundial, y recuerda que en septiembre pasado parecía que al reducir las tasas de interés, la Reserva Federal norteamericana (FED) lograría que los activos volvieran a subir de modo que se restaurara la dinámica en el mercado de créditos. Desde entonces esa reducción ha llegado a un punto (100 puntos basicos PBS) y no se ha logrado superar el problema.
Todo lo cual sigue siendo un efecto de la crisis de las hipotecas de alto riesgo y las perdidas que provocaron, como lo muestra el alto nivel de la tasa Libor, el incremento de las tasas de interés para créditos del sector privado y la desaceleración del crédito para consumo.
Al endurecerse las condiciones para nuevos préstamos, se aumenta la morosidad, no solo de la cartera hipotecaria sino de la de consumo y las tarjetas de crédito. Y si, como predicen algunos, la economía norteamericana se esta desacelerando, la situación se torna muy inquietante, con su secuela de mínimo crecimiento, y recesión en el 2.008.
Ello explica que la reducción de 25 PBS en la tasa de intervención de la FED tuviera un efecto mínimo, aunque refleja la preocupación del organismo por la inflación. Esa inflación se esta creando por los altos precios, tanto del petróleo como de los alimentos. Ahora, como la desaceleración puede tener efectos deflacionarios, si la FED se dedica excesivamente a frenar esa inflación, puede desarticular aún más la economía.
Ante la crisis impredecible de los mercados financieros, la FED se ha unido a los bancos centrales de la Unión Europea, Inglaterra, Canadá y Suiza para incrementar la liquidez. Cada uno se ha comprometido a realizar subastas de a 20.000 millones de dólares al mes, para que las entidades prestatarias puedan obtener recursos sin necesidad de despertar suspicacias al tener que adquirir recursos de alto costo por descuento ante el Banco Central. Es una medida temporal, pero no impedirá la necesidad de que la FED tenga que seguir reduciendo sus tasas.
Como se sabe, todos estos trastornos actuales se originaron en una fuerte contracción del mercado de vivienda por la explosión de una burbuja especulativa que redujo el valor de las viviendas y otros activos vinculados a ellas y acabó con una exagerada y sostenida demanda de las viviendas. Ello exige disminuir el costo del endeudamiento para que la economía se reequilibre, y en este sentido se espera un mayor dinamismo de la FED en las medidas necesarias para tranquilizar unas mercados cuyas perspectivas siguen pareciendo sombrías.
Dice la historia de la Economía que la célebre crisis de 1.929 hubiera podido evitarse si se hubieran tomado a tiempo las medidas adecuadas. Pues bien: la crisis de las hipotecas se dio mientras los organismos de control miraban para otro lado, y eso plantea inquietudes que resultan aterradoras.
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