≠ Es hasta cierto punto sorprendente la evidencia cada vez más concreta de que en Argentina la gripa porcina ha alcanzado una virulencia que puede, incluso, superar la intensidad que se dió en México. Aunque las razones no están claras - se acusa al gobierno de haber descuidado la cuestión hasta que fué muy tarde-, cada vez se descubren nuevos casos, sumiendo al país en una crisis que está perturbando de manera muy notoria la vida social.
≠ Ello se une a la desazón creada por la derrota del gobierno en las recientes elecciones, que se ha debilitado hasta alcanzar niveles preocupantes, en un país en donde los gobiernos agotados y faltos de suficiente respaldo, han terminado en la renuncia anticipada de los mandatarios, sumiendo a la nación en la confusión y el desconcierto.
≠ Pero volviendo a la gripa, lo que parece más inquietante es que la situación argentina demuestra que la enfermedad sigue propagándose por todas partes y que no se puede creer que lo peor ya pasó. Es posible que, incluso aquí, nos hayamos equivocado al juzgar exageradas las alarmas lanzadas por la OMS, pero lo que ha ocurrido es que ellas, proyectadas en el tiempo, están resultando ominosamente acertadas: el mundo está ante una amenaza muy grave que gradualmente está mostrando su magnitud.
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