* Hasta ahora la prensa internacional, con la previsible excepción de la del continente (tampoco toda), y la española, ha ignorado por completo la "crisis" entre Colombia y Venezuela. Hay que recordar que ésta es la cuarta (!) vez que el gobierno de Caracas retira su personal diplomático en los últimos años.
Lo que es una señal de que esta montaña rusa que retrata las relaciones entre los dos países ya se considera intrascendente por lo cansona. A los extranjeros la trifulca se les parece a una pelea de dos viejas maniáticas, una de las cuales goza fastidiando a la otra, mientras que ésta última reacciona grtándole improperios y amenazas. Luego se calman por un tiempo en el que hasta duermen en la misma cama, para volver a la pelotera cuando se aburren de la tranquilidad.
No es así, por supuesto. En estos enfrentamientos hay más de fondo; no hay que olvidar que el coronel tiene su proyecto geopolítico muy claro, y solo la crisis económica y financiera del mundo con el precio relativamente bajo del petróleo, lo ha tenido aquietado. Pero las intenciones están allí, y él espera.
Por eso en este sainete hay que ver una reacción por el asunto de las bases, más calculado para que tenga efectos en Colombia que en su país. Se trata de producir un rechazo del acuerdo con EE UU entre la población colombiana. Que no se va a producir; porque, con todo y los muchos problemas, el pueblo de este país es muy orgulloso, y se molesta cuando vé al coronel queriendo imponerle su voluntad al país.
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