Un policía detuvo a un ciudadano negro y le puso esposas. El ciudadano negro resultó ser un profesor de Harvard, y lo que es más grave, amigo del Presidente Obama. El Presidente dijo que la actitud del policía había sido estúpida, y ahí fué Troya.
El Presidente debió reconocer públicamente que debería haber elegido otras palabras más cuidadosamente ante las reacciones de los sindicatos policiales de todo el país.
"Podría haber calibrado mejor mis palabras", ha dicho Obama después de hablar por teléfono con el sargento James Crowley de Massachussets, quien llevó a cabo el arresto y se había declarado muy decepcionado con los comentarios de Obama. El presidente estadounidense, de hecho, ha invitado al agente de la policía y al profesor universitario a tomar juntos una cerveza en la Casa Blanca.
A su vez, las organizaciones de derechos civiles y el propio profesor, de apellido Gates -58 años, considerado una eminencia en estudios afroamericanos y uno de los 20 docentes de Harvard que ostentan el prestigioso título de profesor de universidad- se han manifestado "indignados" por la detención. "No se trata de mí", dijo Gates. "Se trata de la vulnerabilidad que sufren los hombres negros en América". "Estamos ante un caso de acoso racial", insisten quienes apoyan al académico. "¿Cómo si no puede explicarse que la llamada de una vecina que dice ver a dos hombres negros con mochilas a la puerta de una casa desemboque en una detención cuando el implicado puede probar su inocencia?".
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