Que lástima que los secuestrados pobres, los que llevan más de diez años en cautiverio no produzcan los apoyos y los reclamos de tanta gente, especialmente de quienes el episodio de Ingrid, es una magnífica oportunidad de explotación política, cualquiera que sea la ideología, o el interés que se reclame.
Debe causarle amargura a los padres y a las madres de los soldados que perdieron su libertad defendiendo al sistema, y que apenas sirven de referencia estadística en las cuentas del secuestro, ver como, quienes siempre se beneficiaron de ese sistema, porque les dió oportunidad de defender sus bienes, destacarse y brillar en la política, el gobierno, la diplomacia y los medios, tienen tambien más derecho al enardecido respaldo de la prensa, y tienen incluso derecho a que se pongan en riesgo a los "pueblitos" de la nación, en beneficio suyo.
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