Un amigo me comentaba con una especie de angustia nacionalista que el espectáculo de la forzada y teatral "reconciliación" de Santo Domingo seguramente había sido la "comidilla" de las Cancillerías europeas y de sus austeros y severos diplomáticos de carrera. Esa reacción es típica de nuestro peculiar complejo de inferioridad, que vive ocupándose del "qué dirán" en dimensión mundial. La prensa, por ejemplo, dedica siempre un espacio a lo que ha informado la de los otros países sobre cualquier cosa que nos afecte.
-Pero, salvo que esas opiniones se vayan a traducir en alguna forma de represalias, porqué nos preocupan tanto ? Y la opinión de quien ? la de España ? Un país que reelige a ese atortolado improvisador que es Zapatero, a quien lo único que lo favorece es que tiene por adversarios a los ultrareaccionarios clericales del PP ? la de Francia ? Con el chisgarabís de Sarkozy por Presidente, no creo que puedan darle lecciones de comportamiento a nadie. Alemania ? Donde los escándalos se suceden uno tras otro, como lo demuestra el reciente de los evasores en Luxemburgo. Italia ? bueno, tal parece que están a punto de reelegir a Berlusconi y eso lo dice todo. Holanda, la otrora orgullosa tierra de la libertad y la tolerancia ? Y en donde despojan a una parlamentaria negra de la nacionalidad para obligarla a callarse y en donde le niegan a un director de cine el derecho a la libre expresión. E Inglaterra? bueno, como se la pasan criticando a Brown, su Primer Ministro, no creo que les importemos nada.
Entonces ?
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