Es sano que la prensa tenga críticos del poder. Al fin y al cabo se trata de una fiscalización bienvenida y adecuada. Pero, -es normal que todos los periodistas de este país, sean tan absolutamente negativos ? Un señor que escribe en un semanario, llega a decir que si el Presidente fuera reelegido una segunda vez, ello lo igualaría a Chávez, una exageración absolutamente desaforada: el mandartario venezolano no puede ser puesto en el mismo nivel de Uribe. Lo que no significa que prolongar más el mandato de éste último sea decididamente inconveniente. Los gobiernos excesivamente prolongados implican muchos riesgos de muy variada naturaleza. Pero no es necesario escribir tonterías para mostrar la inconveniencia de la reelección.
Por otra parte, ese negativismo a todo trance es una actitud facilista. Raymond Aron sostenía que el derecho a criticar implicaba la obligación de proponer alternativas claras y serias. Esta es una opinión nada popular entre los periodistas, quienes prefieren argumentar que su deber es, simplemente, destacar lo que está mal, y que no les corresponde señalar las conductas alternativas.
No estoy de acuerdo. No hay nada más estéril que convertirse en una casandra incansable, porque, al fin de cuentas, como dijimos, esa es la parte fácil de todo análisis político.
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