Por cuarta o quinta vez Ralph Nader (74), se presenta como candidato independiente a las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Un intento que disgusta profundamente a los demócratas que saben que es a costa suya que el legendario abogado de los consumidores norteamericanos obtendrá cierto número de votos simbólicos en la contienda. Nader, por supuesto, sabe que no tiene la menos posibilidad de triunfo, y lo que busca es una especie de constancia contra unos candidatos y partidos que acusa de ignorar las verdaderas necesidades del país.
Y sabe también que desde sus legendarias batallas de los años 60 cuando reivindicó lo que hoy en día se conoce universalmente como los derechos colectivos, es un icono de la sociedad norteamericana.
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