Irlanda dijo NO

 E Irlanda dijo no al tratado de la Comunidad Europea, por 53.4% contra 46.6%. Como lo dice elocuentemente El Mundo, siete años y medio de negociaciones, dos tratados, un largo proceso de ratificación repetido dos veces y demasiadas, siempre demasiadas, cumbres de discusiones, a veces ridículas, hasta el alba: todo el esfuerzo para reformar las instituciones europeas puede haber quedado liquidado con el "no" de menos de un millón de irlandeses, en contra de los 18 parlamentos europeos que ya han dado su "sí" al Tratado. Los intentos por minimizar el resultado de la consulta irlandesa no pueden restarle gravedad a lo ocurrido. Que no expresa en el fondo otra cosa que el temor de los países menos fuertes del Viejo Continente, de verse en cierto modo absorbidos de hecho por las grandes naciones europeas. Es el mismo sentimiento que llevó hace tres años a los holandeses a votar igualmente de manera negativa al proyecto de tratado anterior, y que hizo precisamente que se propusiera el nuevo texto simplificado y "abreviado' que acaba de ser rechazado por Irlanda. Las declaraciones de los responsables de la UE, con el portugués Barroso a la cabeza no ocultan el hecho claro de que tendrán que aguzar el ingenio para encontrar fórmulas de salvación del proyecto integrador, como ya lo han pedido Francia, Alemania y el Reino Unido.