Hillary acaba de ganar en Puerto Rico. Como dicen los diarios, un premio de consolación. Y la carrera, si se puede llamar así, entre la candidata blanca a candidata y el candidato negro a candidato está a punto de terminar, lo que ocurrirá en este mes de junio. Todo el mundo espera la renuncia de Clinton reconociendo la imposibilidad de ganarle a Obama. Pero entonces vendrán los cinco meses de verdadera batalla por la Presidencia frente a Mc Cain. Y lo cierto es que no hay nada claro. En los medios se quiere dar la impresión de que la victoria de Obama es segura. Hasta qué punto eso es puro wishful thinking es difícil saberlo, ya que según algunos, el problema de ese candidato es que es demasiado negro para ciertos blancos y demasiado blanco para ciertos negros. Los medios de comunicación americanos son mayoritariamente demócratas, (con la excepción muy notoria de Fox News) y los medios europeos son anti-Republicanos, por lo que acostumbran solazarse en pérfidos comentarios e insinuaciones sobre la edad, las ideas y la experiencia de Mc Cain, que no necesariamente tendrían que ser compartidos por el electorado, o al menos ciertas tendencias del mismo, aunque también es verdad que el candidato republicano es detestado por algunos sectores de ese partido, que lo ven demasiado complaciente con los que ellos llaman peyorativamente "liberales", especialmente en cuestiones de inmigración, derechos de los gays y aborto.
En todo caso, es seguro que el tono de la campaña final no va a ser precisamente amable, y es de esperar, por el contrario, una confrontación despiadada por todo y con todo.
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