La Suprema Corte declaró por primera vez el jueves ue la Constitución norteamericana protege el derecho individual a tener armas y no solo el derecho de los Estados a tener ejércitos (milicias). El Justice Antonin Scalia, ponente de un fallo aprobado dijo que la Constitución no permite “the absolute prohibition of handguns held and used for self-defense in the home.” De esa manera, consideró que una ley local de Washington hacía imposible poseer un arma.
No obstante consideró que esa posesión es un derecho “for traditionally lawful purposes, such as self-defense within the home” y por tanto, no ilimitado. “It is not a right to keep and carry any weapon whatsoever in any manner whatsoever and for whatever purpose,” escribió el Justice Scalia.
La decisión no significa quer las leyes de control de armas no desaparecen. Más aún, el magistrado agregó: “The court’s opinion should not be taken to cast doubt on longstanding prohibitions on the possession of firearms by felons and the mentally ill, or laws forbidding the carrying of firearms in sensitive places such as schools and government buildings, or laws imposing conditions and qualifications on the commercial sale of arms.”
Con Scalia estuvieron, el Chief Justice John G. Roberts Jr. y los magistrados Clarence Thomas, Anthony M. Kennedy y Samuel A. Alito Jr. John Paul Stevens salvó su voto afirmando que la mayoría “would have us believe that over 200 years ago, the framers made a choice to limit the tools available to elected officials wishing to regulate civilian uses of weapons.” Con él se alinearon los magistrados David H. Souter, Ruth Bader Ginsburg y Stephen G. Breyer.
Esta decisión fué la primera desde 1.939 que se refirió directamente al sentido indudablemente ambiguo de la segunda Enmienda: “A well regulated Militia, being necessary to the security of a free State, the right of the people to keep and bear Arms, shall not be infringed.”
No es sorprendente, por tanto que el Justice Scalia and Justice Stevens estuviera en desacuerdo sobre el sentido de la citada Enmienda “The amendment’s prefatory clause announces a purpose, but does not limit or expand the scope of the second clause,” argumentó Scalia. “The operative clause’s text and history demonstrate that it connotes an individual right to keep and bear arms.”
De ninguna manera, aseveró Stevens, expresando que la mayoría “stakes its holding on a strained and unpersuasive reading of the amendment’s text.” Stevens leyó su salvamento desde el estrado, una práctica inequívoca de que estuvo en profundo desacuerdo con la mayoría.
De este modo, lo estrecho de la decisión permite suponer que el asunto está muy lejos de haberse resuelto, y es de suponer que en el futuro van a continuar los debates y los desencuentros en un tema que enfrenta dos concepciones de la sociedad.
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