En 2.004, poco antes de dejar su cargo como administrador de Irak, para el cual había sido designado trece meses antes por el Presidente Bush, Paul Bremer expidió un Statute llamado órden 17. Al día siguiente entregó el poder a un gobierno provisional formado por iraquíes. El decreto de Bremer le prohibía a la justicia del país procesar a funcionarios que estuvieren trabajando para los Estados Unidos en Irak. Los beneficiarios de la medida constituyen un aspecto de la guerra que no aparece mucho ni siquiera en los grandes medios norteamericanos: las grandes empresas privadas contratistas para la protección de los altos militares y funcionarios vip americanos en Irak. Esas empresas y sus empleados se han visto mezclados con frecuencia enmuy graves incidentes que se quedan impunes por el régimen de inmunidad que los protege. Uno de esos incidentes comprometió a la empresa de seguridad Blackwater en septiembre del año pasado, cuando 17 civiles iraquíes murieron en un tiroteo en el que intervinieron sus hombres.
Con base en los testimonios de los sobrevivientes, el FBI llegó a la conclusión de que los mercenarios no habían sido atacados y no tenían motivo alguno para disparar contra las personas en la plaza. Un libro escrito por el periodista Jeremy Scahill Blackwater: The Rise of the World's Most Powerful Mercenary Army reconstruye la manera como el gobierno americano, en especial el Departamento de Estado intentó quitarle importancia al caso y proteger a Blackwater, que ya facturó mil millones de dolares en contratos de seguridad en Irak, sin licitación pública. La certeza de la impunidad hace que los desafueros de estos ejércitos se sientan autorizados a actuar sin cuidado. Según Scahill, Blackwater se ha visto comprometida en 195 escaramuzas diferentes. Porque mientras los soldados americanos que cometen fechorías en Irak son llevados a corte marcial, los mercenarios disfrutan de un limbo jurídico: son inmunes ane la justicia iraquí y no están sujetos a la disciplina de as fuerzas regulares americanas. Y es que no solo el gobierno necesita de los mercenarios, -la Secretaria de Estado Condoleeza Rice fué escoltada por Blackwater en sus visitas al país-, sino que la empresa privada se beneficia de los contratos; hay otras 170 empresas norteamericanas en Irak.
Barak Obama dice que su intención, si llega a la presidencia, es retirar las tropas en 16 meses. Es sabido que esa no es la idea de McCain. Pero ninguno menciona a esos ejércitos de la penumbra. Y si las tropas se marchan, -quien quedará para guardar el órden ? seguramente Blackwater y las demás empresas de vigilancia norteamericanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario