martes, 11 de diciembre de 2007

El acorazado y el ciudadano

Hace años, en plena vigencia del comunismo soviético todas las encuestas referidas a la cinematografía coincidían en que la mejor película filmada en la historia era "El acorazado Potemkin". (Броненосец Потемкин, o Bronenósets Potyomkin, en ruso).
Se trató de una película dirigida por el cineasta ruso Serguéi Eisenstein. y es, sin duda, como lo dice wikipedia, una de las grandes películas de la historia del cine, (1.925) pero es también un panfleto político que poco le debe a la historia que pretende contar y que le sirvió de referencia. Es también una obra que significa un nuevo aporte a la narración cinematográfica en términos de lenguaje visual. Tras la genialidad de Griffith en el trabajo de escala de planos, Einsenstein observa otra función que puede realizar la cámara, introduciendo inclinaciones de cámara que dan como resultado un énfasis o una sensación distinta en lo que se relata. Una de las escenas más famosas en la historia del cine pertenece a esta película, cuando los cosacos disparan contra el pueblo inocente para acabar con el apoyo a los rebeldes. En ese momento una madre es alcanzada por una bala mientras corría con un cochecito de bebé que rodará escaleras abajo al morir la madre.
Ciudadano Kane o El Ciudadano (Citizen Kane, en el original inglés) es una película dirigida y protagonizada por el estadounidense Orson Welles, considerada como una de las obras maestras de la historia del cine. Y ahora, cuando ya no existe la Unión Soviética, se la menciona
La película ganó un Oscar al mejor guión original, y estuvo entre las candidatas en otras ocho categorías: película, director, actor principal (Orson Welles), dirección artística, fotografía, música, sonido y montaje.
El filme sin duda marca un antes y un después en la historia del cine. Técnicamente no inventó nada, pero sí usó todos los recursos existentes hasta ese entonces de manera magistral: uso de la profundidad de campo (seguramente influido por el realismo poético de franceses como Jean Renoir), fotografías en claroscuro y juegos de iluminación (herencia del expresionismo alemán de principios del siglo) escenografías techadas (nada común para la época) y notable uso de los movimientos de cámara y uso de grúas, como dollys y travellings. Pero también añadió algo absolutamente nuevo: la mirada personal del autor: el director como un narrador omnisciente que quiere contar la historia a su manera, valiéndose para ello de herramientas como el picado y el contrapicado. De esta forma, por ejemplo, es capaz de mostrar a Charles Foster Kane (inspirado en el magnate de las comunicaciones William Randolph Hearst) como un hombre lleno de poder. También desarmó la cronología de la mayoría de las historias que eran proyectadas en la pantalla grande, empezando la narración desde el final.

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