Frente a la entrada del Hotel Shangri-La, bajando la pequenna colina en que está situado, hay unas cuantas tiendas muy características de Bangkok. Un servicio de Internet. Entro en él para consultar las noticias del país y del mundo, ya que el único periódico que he podido leer es el Bangkok Times que se publica en inglés y, lógicamente, solo reseña lo más importante del mundo y en especial de Asia. Así y todo me entero de la derrota de Argentina por Colombia en las clasificatorias del mundial. Después de varios minutos me levanto del computador, pago y salgo. frente a la encargada de la caja estea sentado un anciano occidental con una muchacha muy jóven en pantalones cortos; el viejo le manosea un muslo prtendiendo hacerlo distraidamente. Ello me recuerda que Tailandia es uno de los "paraisos" sexuales del Oriente por obra y gracia de los hombre de negocios japoneses que desde hace tiempo se hacen pagar invitaciones de las multinacionales europeas, (de los países nórdicos) a este lugar.
Otra tienda vende joyas de dudoso aspecto, hay una de las omnipresentes sastrerías y un restaurante hindú de buena presencia que resulta lo más prometedor de la cuadra.
olvidaba decir que a unos cuantos metros del hotel, los suficientes para librarse de la hostilidad de los empleados del mismo se ha instalado un "promotor" que proclama con gran insistencia su deseo de ayudar a los turistas a encontrar las mejores tiendas de Bangkok.
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