viernes, 7 de septiembre de 2007

Los adultecentes

Conoce a algún amigo que ya pasó de los cuarenta años pero parece ignorar el curso del tiempo, todavía vive con sus padres y no lleva muy adelante ninguna relación sentimental ? Repara en que abomina asuntos tales como extracto bancario, pero se sabe de memoria aquellas letras de rock absolutamente arcanas para quien ya pasó de los 20. Vive, en suma, en un mundo que ya no le pertenece, pero se niega a aceptarlo. Es parte de una tendencia que recorre el mundo y que, mientras no constituya una forma de neurosis, nada tiene de especial, salvo parecer para muchos una forma de comportamiento ridícula.
Pero, bien miradas las cosas, no es sino una forma extrema de una especie de tendencia generalizada que busca aprovechar al máximo el disfrute de las vida en sus aspectos materiales. hace 80 años, y hasta un poco menos, una mujer de sesenta años era una pre-anciana que usaba ropas alargadas, falda en todo caso pero nunca pantalón; los colores eran más bien discretos, en una época en la que se guardaba luto de largos años por todos los muertos de la familia, esas señoras andaban siempre de oscuro o al menos de florecitas y pinticas negras sobre blanco. Las canas extendían un generalizado imperio sobre las cabezas de las damas como un manto invernal de premoniciones sombrías, y las arrugas dejaban su huella contundente sobre los rostros cansados. Pero hoy !! una mujer de 65 y hasta de 70 y más, es un homenaje a la primavera o por lo menos al optimismo. Como alguien decía, las abuelas de hoy son a veces más jóvenes y esplendorosas que las nietas. Una exageración sin duda, pero una figura retórica ilustrativa. Y de los hombres realmente mayores ? de esos hablaremos otro día.

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