La globalización llegó para quedarse. Los franceses, siempre rebeldes ante lo que perciben fatal y siniestramente tocado por los intereses americanos, la llaman mundialización. Y la denuncian ardorosamente como la representación de todas las calamidades posibles. Pero ahora, un ministro del gobierno Sarkozy les ha pedido a sus compatriotas una actitud más positiva hacia el espantable engendro. Principio de una evolución de las actitudes de ese país ? El tiempo lo dirá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario