domingo, 2 de septiembre de 2007

Noriega

No me parece justa la extradición del General Noriega a Francia por los Estados Unidos. Creo que en su caso han primado las consideraciones políticas por encima de las jurídicas. Noriega ya pagó una condena prolongada en norteamérica y las razones de su traslado a Francia para ser juzgado por lavado de dinero no son nada convincentes. Hay que recordar que Noriega fué depuesto de la Presidencia de su país tras una invasión del ejército de Estados Unidos en una maniobra descarada y prepotente, muestra de la peor forma de imperialismo. El hecho de que Noriega fuese un criminal y quizas hasta un asesino (se le imputa el crimen de Hugo Spadafora), no autorizaba a que un país extranjero arrasara con Panamá como si no fuera más que una colonia del poder imperial. Sus problemas debían ser resueltos por los panameños y no a través de una intervención atrabiliaria. Fué el 20 de diciembre de 1989 cuando, como se dijo, el ejército del los Estados Unidos invadió la Ciudad de Panamá con el propósito de capturar al General Manuel Antonio Noriega, comandante en jefe de la Fuerzas de Defensa, quien era acusado de narcotráfico en tribunales Norteamericanos. Como resultado de esa acción militar el barrio del Chorrillo, donde se encontraba la comandancia de las Fuerzas de Defensa de Panamá, fue destruido en gran parte.
Pero despues de la invasión, a Noriega no se lo trató como delincuente sino como "prisionero de guerra" para poder aplicarle una pena mayor, y se lo condenó efectivamente a 40 años de prisión, que le fueron rebajados por buen comportamiento y cuando para los Estados Unidos ya carecía de toda importancia.
Ahora pretenden, según parece, evitar que regrese a Panamá, donde sería condenado nuevamente, pero cuyo gobierno lo considera un personaje incómodo, según dicen, por la existencia de nostálgicos de su régimen. La solución ? enviarlo a Francia, otro país extraño para el general, donde seguramente, caerá irremediablemente en el olvido definitivo.

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