Rusos y Occidentales se alzaron la voz este lunes en Bruselas sobre las consecuencias del conflicto armado entre Rusia y Georgia, en vísperas de una reunión crucial de la OTAN para el fuuro de las relaciones entre los dos campos.
Hay que esperar qué se decide entre los miembros de la Alianza del Atlántico Norte, pero todo indica que los ocupantes de Georgia no están dispuestos a ceder fácilmente a las presiones de los americanos y europeos. Porque de lo que se trata según todos los indicios es de que Moscú ha decidido aprovechar la ocasión para dejar en claro que de ahora en adelante las relaciones con ella serán a otro precio. Y que si la OTAN pretende continuar ampliando no solo su zona de influencia sino el número de países miembros con las naciones del antiguo bloque soviético, se va a encotrar con una decidida y vigorosa respuesta, que puede llegar hasta situaciones amenazantes para la paz mundial.
La situación es, por tanto, verdaderamente grave, y la tradicional apatía europea para dar pasos arriesgados, esta vez no va a poderse mantener.
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