China, salida de su victoriosa olimpíada y regresada al mundo real, se ha declarado "preocupada" luego del reconocimiento ruso de la independencia de Adjazia y Osetia del Sur. El presidente Hu Jintao se reunió ayer en Tadjikistán con su homólogo Dmitri Medvedev en la cumbre regional de la Organización de cooperación de Shangai (SCO), que agrupa a China, Rusia, y las ex-republicas soviéticas de Asia central.
Los socios asiáticos de Rusia, entre ellos China dosifican su apoyo. El comentario del portavoz chino de asuntos exteriores, Quin Gang, dice mucho de la incomodidad de Pekin.Porque aunque China se pone tradicionalmente del lado ruso en plítica extranjera, esta vez no ocurre así. Para Pekin el forcing de Moscú en Georgia es inquietante porque los chinos temen que una decisión igual pueda servir de modelo a otros en el caso de Taiwan. Para la comunidad internacional, no debe haber sino "una sola China", que incluye Taiwan, y por eso ella no puede apoyar el principio de soberanía de facto encarnada por la isla "rebelde" frente a la China continental. Pekin no puede aceptar el fait accompli de una decisión rusa que abriría la posibilidad de reconocer la idependencia de jure de Taiwan. Una pesadilla para la República popular.
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