-Las bombas que ultimamente han estallado en Bogotá, no han tenido mucha potencia, ni han causado víctimas humanas. Pero no es un asunto para descuidar; varios buses quemados hace unos días, y ahora los dos almacenes Carrefour atacados por petardos, muestran que hay la voluntad de crear dificultades en el frente urbano.
Salvo los atentados del narcotráfico en las décadas pasadas, en Colombia nunca ha habido realmente una guerrilla de las ciudades, si se excluyen algunas acciones del M-19, más estrepitosas que efectivas en términos de avance estrictamente militar, como fué la toma de la Embajada dominicana primero y luego el trágico asalto al Palacio de Justicia, que terminó siendo un error costoso y cruento con el cual empezó la caída del movimiento. Las FARC, por su parte, como el EPL, nacieron en el campo y ese ha sido su ámbito fundamental siempre.
Pero quizás los golpes que han recibido recientemete las FARC, hayan convencido a su actual comandante, Alfonso Cano, que es el primero de los jefes superiores de extracción no campesina, de que debe empezar a operar en el sector urbano para compensar las debilidades en su territorio natural.
Si ello es así, el Estado debería afinar sus esfuerzos para evitar que el problema se le vuelva crítico.
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