Según la peculiar diferenciación que hacen los administradores de empresa, publicidad es la que se refiere a los productos comerciales, y propaganda lo que tiene que ver con la política. La expresión propaganda tiene un orígen eclesial: la "Congregatio de propaganda fide" o congregación para la propagación de la fé fué una especie de departamento de la administración pontifical, creado por el Papa Gregorio XV en 1622, para que se encargara de diseminar la doctrina de la Iglesia Católica y regular los asuntos eclesiásticos en tierras de misiones.
El adjetivo latino propaganda es una forma del gerundio del verbo propago (de pro -adverbio "desde" + pag, raíz de pangere, " acelerar, " lo que se debe esparcir" y no tiene connotación alguna de comunicar inadecuadamente o cosa similar. El sentido moderno data de la Primera Guerra Mundial, cuando el término cambió para ser asociado con la política.
Pues bien, un 55% de los franceses cree que los Juegos Olímpicos actuales no son otra cosa que una gigantesca operación de propaganda del reegimen chino. Un concepto bien distinto de las bobaliconas expresiones de nuestros "enviados especiales", completamente deslumbrados por todo lo que ven, y hasta por lo que no ven. Otra prueba más de nuestro aserto de que este es un país desoladoramente parroquial.
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