Dando por descontada la victoria de Barak Obama, cabe preguntarse si, en las actuales condiciones, la suya va a ser realmente una victoria para celebrar. La crisis ha revelado las grandes debilidades en la reglamentación financiera americana. La extensión de los riesgos asumidos por los bancos cuando la burbuja del crédito se fué ampliando, no se mensuró. Ni por las autoridades federales, ni por las agencias de riesgo, ni por los propios establecimientos bancarios. La Autodisciplina de los bancos y los mecanismos del mercado con los cuales se contaba para corregir los errores, no funcionaron. El descubrimiento tardío de la enormidad de los riesgos, especialmente en el campo inmobiliario desataron una crisis de confianza que paralizó los mercados de crédito y ha agravado la recesión.
A fines de marzo, el Secretario del Tesoro, Henry Paulson había formulado propuestas concretas de reforma del régimen reglamentario de los bancos. En ese entonces, él afirmaba aún que la disciplina del mercado era la mejor herramienta para limitar riesgos sistémicos. Con seguridad, ya no lo cree así hoy. En septiembre la nacionalización de Fannie Mae, Freddie Mac, la quiebra de Lehman Brothers y del asegurador AIG le demostraron cuán equivocado estaba.
Su intención inicial era hacer de la Federal Reserve un superregulador bancario, como nuestra Superintendencia Financiera. Se proponía forzar a los fondos especulativos ( hedge funds ) a comunicar sus riesgos a las autoridades del mercado y de poner a las compañías de seguros bajo el ojo de un sólo regulador federal. También pedía la fusión la autoridad de de los mercados financieros, la SEC ( Securities & Exchange Commission ), con la CFTC ( Commodity Futures Trading Commission ) encargada de superviar los mercados a futuro.
Pero en cambio, no preveía que la Fed quedara con facultades para llamar al órden a los bancos sino en el caso de que el equilibrio del conjunto del sistema se viera amenazado. Con el mismo criterio de regulación minimalista, la demanda de information a los hedge funds no les imponía límites a la asunción de riesgos sino en períodos de crisis.
Hoy todos los tabúes han caído. La crisis ha llevado al Tesoro americano a entrar en el capital de 25 grandes bancos. Las compañías de seguros y las empresas industriales golpean también a la puerta del Tesoro. La situación está madura para un regreso a la reglamentación federal más opresiva.
Y esa es la tarea que le corresponderá al nuevo presidente; una tarea que con seguridad lo va a enfrentar al Congreso, donde la idea de una supervisión de esa naturaleza provoca intensas sospechas. En el caso de que hubiera sido McCain, porque su propio partido detesta ideológicamente la alternativa. Y en el caso de Obama, porque los Demócratas, con todo y su preocupación por los intereses de los trabajadores, no llegan a aproximarse a lo que en Europa se consideran posiciones socialistas.
Por eso resulta tan pertinente la caricatura en que aparece un analista conversando por aparte con cada uno de los candidatos mientras les dice que tiene, en cada caso, una noticia buena y una mala. La buena ? que usted será elegido presidente; y la mala ? que usted será elegido presidente !!
No hay comentarios:
Publicar un comentario