miércoles, 5 de noviembre de 2008
Otra forma de verlo
A un tal Barack Obama, afroamericano de 47 años, le dieron el martes pasado el trabajo más indeseable de todo el mundo, pues lo eligieron presidente de los Estados Unidos. En su nuevo puesto, poco retribído y lleno de stress, a Obama lo encargan de tareas tan desagradables como tener que recuperar la economía desbaratada de la nación, reparar su arruinada estructura y, al mismo tiempo, tener que contentar a más de 300 millones de americanos y satisfacer sus diarios caprichos. Como parte de las tareas que le tocan, el negro tendrá que pasarse de cuatro a ocho años limpiando las porquerías que otra gente le dejó. El trabajo, además, es tan controlado y vigilado, y tan seguro de fracasar que sólo un viejito fué la otra persona que aspiraba a que se lo dieran. Como dijo el maestro de escuela gringo Mark L. Denton, "Ahí es donde se vé, que en este país, ia un negro no le toca una."
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