El Congo es un gigantesco punto clave del corazón verde de Africa con una superficie de más de 2 millones de kilómetros cuadrados que limta con otros países. Y cuando ese gigante tambalea, nunca cae solo. Cuando el Estado congoleño comenzó a desintegrarse, en 1.996, su caída eesató una guerra regional. Y cuando de nuevo implosionó, en 1.998, arrastró los ejércitos de otra media docena de Estados africanos. Esas dos guerras y los desódenes que siguieron, terminaron causando 5 millones de muertos.
Ahora, en este nuevo conflicto, los rebeldes tienen casi derrotadas las fuerzas gubernamentales. Y en medio de él, 17.000 cascos azules demuestran una vez más, que a pesar de la retórica de la ONU, esa misma que con tanta insolencia pontifica entre nosotros, es incapaz, no solo de ponerle fin al conflicto, sino de proteger a los civiles. Y ello, apenas catorce años despuees del genocidio de Rwanda.
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