Tailandia, un hermoso país que tiene la particularidad de no haber sido nunca colonia extranjera, es gobernado por un Rey, el más antiguo del mundo, pero constituye también una democracia parlamentaria. Pero desde hace años vive una continua inestabilidad que incluso generó un golpe militar hace unos tres años. Desde entonces el descontento popular ha ido in crescendo. Hoy, la explosión de una granada hirió a 46 manifestantes antigubernamentales en Bangkok. La granada explosionó cerca de las oficinas del Primer Ministro, ocupadas por miembros de un movimiento llamado Alianza del Pueblo por la Democracia desde agosto, alrededor de la medianoche, hora tailandesa (mediodía hora nuestra).Unos 10.000 militantes de la Alianza Popular por la Democracia (APD) se lanzaron a las calles el pasado lunes para dar un "golpe final" al Gobierno del Partido del Poder del Pueblo (PPP), al que acusan de corrupción y fraude.
Suriyasai Katasila, uno de los líderes de la Alianza del Pueblo por la Democracia, culpó a los simpatizantes del Gobierno del ataque. Los manifestantes antigubernamentales han bloqueado los dos aeropuertos de Bangkok desde hace cinco días exigiendo la dimisión del Gobierno. Las protestas se han saldado con algunos altercados menores en las últimas horas y han dejado a unos 100.000 pasajeros sin vuelo.
En una nota conjunta, las embajadas de la Unión Europea han pedido a los manifestantes que se retiren de los aeropuertos y permitan el restablecimiento del tráfico aéreo. La situación podría empeorar si las protestas continúan y hasta 300.000 pasajeros podrían ver sus vuelos cancelados en las próximas 48 horas, según estimaciones del ministro de Turismo tailandés, Weerasak Kowsurat. Mientras tanto, fuentes del sector turístico han asegurado que miles de turistas están abandonando el país por rutas alternativas, como la base militar U-Tapao, que se ha abierto para el uso de las aerolíneas comerciales.
Durante la pasada madrugada, unos 2.000 manifestantes obligaron a retroceder a 150 agentes que controlaban el exterior del aeropuerto internacional de Suvarnabhumi, el principal del país, entre otras cosas muy moderno y hermoso, tomado por simpatizantes y miembros de la Alianza del Pueblo para la Democracia. Desde este viernes, unos 100 policías habían establecido un perímetro de seguridad a 100 metros de la terminal principal, mientras que unos 300 agentes antidisturbios se mantenían reunidos en un parque cercano al lugar.
Según testigos, los opositores, que iban armados con barras de hierro, palos de golf y madera, retuvieron a un policía y golpearon a otros en un control de seguridad. Después de media hora de tenso diálogo con los agentes, los líderes de los manifestantes han logrado que los cuerpos de seguridad retrocedan.
El primer ministro aseguró ayer en un discurso televisado que los funcionarios actuarán con moderación. "No se preocupen, los agentes emplearán medidas gentiles para tratar con ellos", señaló Somchai Wongsawat. El jefe de Gobierno invitó a las organizaciones de Derechos Humanos a asistir y filmar los desalojos.
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