El despeje ajeno

En este asunto del "despeje" de territorios para conversaciones o acuerdos con la guerrilla, nadie parece interesarse por la opinión de los habitantes de las regiones que se propone despejar. Todos los comentaristas de prensa parecen creer que, lo que ellos imaginan como unos insignificantes pueblitos, estuvieran habitados por seres de otro mundo, carentes de derechos y opiniones. Nadie propone preguntarles nada. Pero lo que si queda en claro es que esos comentaristas dan por sentado que la posibilidad de despejar donde ellos viven, la capital, por ejemplo, está fuera de toda imaginación.