jueves, 26 de julio de 2007

El voto infantil

Si acaso teníamos la impresión de que, al menos en su aspecto procedimental la práctica electoral estaba ya perfeccionada, aparecen los suizos con una iniciativa, a primera vista sorprendente; el voto infantil. En efecto, los partidos políticos de ese país, con una sola excepción, han propuesto que el derecho a elegir se conceda desde el nacimiento y no desde la mayoría de edad. La idea, que parece descabellada, tiene sin embargo, su razón de ser: la sobre representación de las personas mayores. Para los suizos, no es democrático que las grandes cuestiones nacionales sean resueltas siempre por personas que no vivirán para experimentar sus efectos. Y, en cambio, quienes serán afectados por ellas, carecen de representación y por tanto, de capacidad decisoria. Es claro que durante los primeros años de vida, los niños y niñas no podrán ejercer el derecho al voto por carecer del grado de discernimiento adecuado; pero si se introduce en los cursos de primaria la capacitación necesaria, se supone que pronto se verán los resultados. Entre otras cosas porque, según creen los promotores del proyecto, los niños suelen ser muy serios en las discusiones que se les plantean. Insistimos en que la idea parece discutible, pero tiene fundamentos interesantes; y por eso, lo más probable es que termine por convertirse más temprano que tarde en un motivo de apasionantes discusiones.

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