Pero en realidad, la existencia de la parte vasca de Francia le crearía más problemas a la parte española que al propio Estado galo. En otras palabras, la formación de un Estado vasco es más difícil por los vascos franceses que por los vascos españoles.
Y ello es así porque no es concebible que a los vascos franceses les haga mucha gracia ser gobernados por sus hermanos del otro lado de la frontera, teniendo en cuenta que, al menos en el papel, son mayoría, lo que determinaría su preponderancia en un Estado democrático. Y una cosa es Francia y otra España, en materia de cultura, tradicion y nivel de vida.
Ello quizás explique que, aparte de una solidaridad más o menos tibia, nunca se haya formado una ETA al norte de los Pirineos. Y no sabemos si la cuestión, se planteado con toda claridad por parte de los promotores del Estado vasco independiente.
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