Mustafa Kemal Atatürk, nacido Ali Rıza oğlu Mustafa (Mayo 19 de 1881 (presuntamente) – Noviembre 10 de 1938) fué un oficial del ejército, estadista revolucionario, y fundador de la República de Turquía a la que trató de imprimirle una estructura moderna, para lo cual suprimió el Califato y le dió unos fundamentos laicos y un sistema educativo moderno.
Esta doctrina, que es por demás autoritaria y compleja ha sido desde el siglo anterrior sostenida, entre otras fuerzas, por el Ejército Turco, verdadero garante de ese Estado separado de la autoridad islámica. Pero la creciente tendencia fundamentalista del Islám también ha hecho mella en la sociedad turca, amenazando el legado de Atatürk. Un signo de esta tendencia es que también en ese país se ha desatado una lucha por el porte del velo, en los sitios públicos, por las mujeres. Ese porte ha estado prohibido por la ley, pero según parece hay la intención de levantar la prohibición, lo cual ha generado un amplio e inquietante debate.
El texto de la ley, que debe ser discutido esta semana, prevé que las jóvenes turcas podrán portar el velo en las universidades, en un país 99% musulmán, pero con un régimen estrictamente laico. El Partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP), gobernante, considera que la prohibición viola la libertad de conciencia y el derecho a la educación de las jóvenes rechazadas en la Universidad por su indumentaria. El canciller turco, Ali Babacan, ha presentado, por su parte, el proyecto como una reforma necesaria en el camino de la adhesión a la Unión Europea. El AKP y el Partido de la Acción Nacionalista MHP), que apoya la reforma, tienen la mayoría de los dos tercios suficiente para aprobar el texto.
Pero el proyecto ha creado una tempestad en los sectores que defienden la aplicación estricta del principio laico, muy numerosos en el Ejército, la magistratura y la administración de las universidades. Rectores de éstas últimas estiman que las reformas propuestas van a acelerar la erradicación del principio que sostiene la laicidad y advierten del riesgo de caos y enfrentamiento en los centros educativos. Centenares de miles de personas ya habían participado el año pasado en manifestaciones gigantescas en las principales ciudades de Turquía contra el gobierno, y en favor de los principios que forman el legado de Atatürk.
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