Parece que nos equivocamos hace dos días cuando creímos que mirando para otro lado cada vez que al otro lado de nuestra frontera oriental se pronuncian frases y se sueltan expresiones provocadoras, nada va a pasar. Cada vez se hace más evidente que esos exabruptos obedecen a plan perfectamente diseñado y concebido para provocar unos efectos nada tranquilizadores.
Entionces, si es lo que parece, es hora de empezar a cambiar de estrategia.
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