domingo, 27 de enero de 2008
La Marcha del 4 de febrero
Hay que reconocer que quienes organizaron la gran marcha de protesta del próximo 4 de febrero tienen razón. La convocatoria se hizo con un propósito definido, y para quienes quisieran adherirse al mismo. Y es cierto que son muchos los actores de la violencia en el país. Pero protestar contra todos al mismo tiempo diluye y dispersa el sentido de la manifestación. Es lamentable, pero una marcha por la PAZ es, como dicen los periodistas un "saludo a la bandera", es decir, un gesto absolutamente simbólico y sin trascendencia. Para gran consternación de los convocantes, ahora se quieren montar en el acontecimiento una cantidad de oportunistas de diversos pelajes y matices: partidos políticos, parlamentarios y parlamentarias abusivos y populistas que, esgrimiendo la libertad de expresión, no quieren perder un nuevo escenario de protagonismo. Es como alegar la libertad de movimiento para colarse a una fiesta donde no los han invitado.
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