Veamos otra vez que nos dice ese magnífico invento que es Wikipedia: "el Día de Muertos es una celebración mexicana de origen indígena que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos. Es una festividad mexicana y centroamericana, se celebra también en muchas comunidades de Estados Unidos, donde existe una gran población mexicana y centroamericana. Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México es anterior a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha, nahua y totonaca. Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres mil años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
El festival que se convirtió en el Día de Muertos era conmemorado el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" (actualmente relacionada con "la Catrina", personaje de José Guadalupe Posada) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos."
Pues bien; una celebración de esta naturaleza es impensable en el mundo anglosajón y especialmente en la cultura norteamericana. Allí la muerte es algo que se oculta y se evita evocar. La muerte es algo obsceno. De allí esa insólita práctica que consiste en maquillar los cadeaveres hasta dejarlos con un semblante tan saludable como el que nunca tuvieron en vida. o reconstruirlos cuando han quedado destrozados, hasta convertirlos en impresionantes muñecos de cera. Pero ello no ocurre porque la norteamericana sea una cultura que celebra la vida por sí misma sino porque idolatra la juventud hasta un extremo igual de irracional e inhumano. Las culturas latinas y especialmente latinoamericanas, por el contrario, conviven y han convivido siempre con la muerte. En está desde luego reflejada la pobreza y la precariedad que ha hecho que las familias entierren a varios de sus hijos a lo largo de la juventud. Para ellos la cultura indígena como dice el anónimo redactor de Wikipedia, y el legado católico convirtieron a la muerte en un paso intermedio o otro mundo. Y por eso nadie quie no comprenda estas culturas podrá entender el profundo simbolismo del día de los muertos
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