En este país la educación es un valor. La gente de recursos modestos aspira a ir a la Universidad para superarse en la vida. Los que tienen mejores ingresos, para perpetuar su dominio, lo cual es la parte fea del proceso. Pero, aún así, lo positivo es que en Colombia existe una convicción muy acentuada en favor de ese mencionado valor, a todos los niveles sociales.
No ocurre igual en otros países incluso de América Latina, como lo confirman los profesores universitarios de esos países: no se percibe allá, según dicen, la misma avidez y la misma sed por el conocimiento y la preparación que son claras en la Costa atlántica y en otras partes de la provincia colombiana; incluso en esas regiones hay una mástica mayor que en la propia Bogotá.
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