. . . de Rusia. En barco, por el rio Lenissei, un puñado de turistas viaja al Círculo Ártico donde visitará lo que queda de un antiguo Gulag para disidentes de la antigua Unión Soviética. Entre los viajeros hay un ruso octogenario que en los años 40 y 50 estuvo interno en el campo. Él es el narrador de la más reciente novela, "Meeting House". de Martin Amis, el escritor inglés, Amargamente el anciano constata que los visitantes del campo son "deplorablemente pocos". El Comisario de abordo le confirma que los gulug siempre han dado pérdidas cuando se los reconstruye para el turismo. Meeting House es una crítica feroz que no se limita a la extinta URSS, sino que se extiende a la Rusia post-comunista. Es una visión nada lisonjera del "alma eslava".
La narración es una carta escrita por el protagonista en 2.004 a su hija en Estados Unidos. Él regresa a Rusia, tras décadas de ausencia para morir. En su carta no pretende ocultar su pasado nada ejemplar o conquistar la simpatía del lector. Soldado en la II Guerra, violó a varias mujers en su marcha dentro de Alemania (práctica corriente del Ejército Rojo). No explica porqué irá a prisión. Pero después del gulag, acabará por volverse negociante de armas para el mismo estado que lo sometió al hambre, la tortura y la esclavitud.
La historia se articula en torno de un triángulo amoroso formado por el narrador, su hermano, prisionero como él, y Zóia, una intelectual judía, bella y liberada. La casa de los encuentros (nombre de la obra) se refiere al lugar donde se autorizaban los encuentros conyugales.
Esta obra es una maravilla cuando pinta el miserable horror del gulag, y luego la desolación espiritual de la nueva Rusia. En ella los comunistasson extrañamente silenciosos y la palabra comunista no aparece. Pero en ese silencio se respira la opresión. Una opresión que no se limita a la dictadura sino a la "pesada mano" que siempre ha oprimido al pueblo ruso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario