* A un estudioso de lo que pasa en este país, debe parecerle increíble la forma como los colombianos reaccionan ante las noticias trágicas. Llevan meses oyendo y leyendo los horrores cometidos en las regiones dominadas hasta hace un tiempo por los paramilitares: crímenes masivos, fusilamientos públicos, verdaderas orgías de sangre a manos de sicópatas con moto-sierra, ahogamientos, aplastamientos, hornos crematorios, en fin, toda la vasta gama de las salvajadas a las que se puede llegar en el despliegue de la barbarie.
Y sin embargo, la gente no parece emocionarse, por fuera de las personas directamente afectadas por la violencia paramilitar, que tienen que escuchar por los sistemas de video el horrible y conmovedor destino de los suyos.
Es como si el machacar monótono de la prensa, ella misma desangelada y retetitiva hubiera anestesiado al país con su letanía estadistica de las brutalidades.
Pero en cambio, uno de esos episodios que los franceses llaman un "fait divers", un caso común de sangre, de eso que ocurren todos los días en casi todas partes del mundo, como es la muerte de un niño recién nacido por su propia madre que no lo deseaba, desata una oleada de protestas, comentarios y banalidades periodísticas, con toda la capacidad que tiene una parte de nuestro elemetal periodismo para hacer de un hecho triste como ese, una gran tragedia nacional.
Y entonces, se habla de descomposición social y de la profunda crisis que vive el país !!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario