Esta debería haber sido la gran oportunidad de la izquierda en Europa. Se dijo que el Capitalismo está en crisis. Que el crecimiento colapsa, el desempleo crece y el Estado ha regresado al Intervencionismo. La ocasión ha estado madura para que la Izquierda presente una alternativa a la visión derechista de una economía de libre mercado. Pero no, los partidos clásicos de la izquierda del siglo XX, los social demócratas de Europa del Norte, los socialistas del Mediterráneo, los Laboristas de Gran Bretaña están a duras penas sobreviviendo, y 20 de los 27 miembros de la Unión Europea tienen gobiernos de derecha. Ello incluye a Nicolas Sarkozy en Francia, Silvio Berlusconi en Italia y Angela Merkel en Alemania. De entre los cuatro grandes de la CE, solo el británico Gordon Brown saca la cara por la izquierda, y está colgando de un hilo. Incluso los propios partidarios de la izquierda tienen que mirar atras una década o más - a Willy Brandt en Alemania, Felipe González en España o François Mitterand en Francia, - para encontrar un gigante político.
y esos gigantes lo fueron porque no tuvieron que enfrentar el colapso del comunismo, o por lo menos de los Estados comunistas en 1.989, o supieron sobraguar en medio del desastre.
En realidad, todo el problema está en que la izquierda sigue sin poder recuperarse de ese cataclismo, ni siquiera en medio de la debacle de los mercados, que son la expresión por excelecia del sistema capitalista. Y no se va a recuperar, mientras no encuentre una propuesta alternativa a la que se hundió hace veinte años.
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