sábado, 6 de octubre de 2007

Baru. . . es todo ?

Con gran regocijo de la prensa "hablada, visual y escrita" se le ha puesto fin al lío creado por la posible construcción de un puerto carbonífero en la zona de Barú, carca de Cartagena. El Presidente, contrariando la disposición del Concejo municipal, aseguró que su gobierno no permitirá la realización de ese proyecto. Del tema de la autonomía y la competencia municipal, nadie se ha ocupado. Y en cambio, se ha salvado el proyecto de desarrollo turístico que, según se dice, viene gestándose desde hace 40 años: la construcción de cinco grandes hoteles que atraerán al país a 200.000 turistas anuales, y emplearán a 7.500 trabajadores. Y por ello la desbordante alegía de los capitanes de la llamada industria sin chimeneas.
Pero hay cosas que no están claras. Por ejemplo, se alega que el puerto carbonífero crea contaminación. -Y la "industria" hotelera no es contaminante ? Porque una de las críticas que se leen es la desvastación ecológica que en las costas de Europa ha producido el desarrollo hotelero. Uno de los encantos sobresalientes de países como Macedonia, en la antigua Yugoeslavia comunista, es precisamente que el paisaje costero, que no recibió el impacto capitalista del turismo, conserva intacta su belleza forestal, y su exhuberancia ecológica.
La explotación carbonífera le deja al país 2.800 millones de dólares anuales. -Cuanto le va a dejar al país la actividad turística ?
Si Colombia no atrae al turismo internacional es porque no se identifica como un destino seguro. Tanto es así que la llegada de uno de esos "cruceros del amor' que ahora nos visitan tras ingentes esfuerzos gubernamentales, convoca hasta funcionarios ministeriales que se van a recibirlos emocionados con las bicocas artesanales que se llevan los pasajeros en las escasas siete horas que permanecen en Cartagena. Frente a los 19 millones de visitantes que recibe México cada año, 200.000 personas es una cifra ridícula. Que solo le deja beneficios a un reducido grupo de millonarios que por eso mismo está justificadamente alborozado con la promesa presidencial.

No hay comentarios: