martes, 16 de octubre de 2007

Putin e Iran

Iran se ha convertido en un problema para Occidente. La posibilidad de que este país, la antigua Persia, una de las naciones con más rica historia, ahora un enclave musulmán y sin duda el más poderoso foco de inspiración del fundamentalismo islámico, tenga la bomba atómica, produce escalofrío en todo el mundo occidental. Tanto, que recientemente el ministro de relaciones exteriores de Francia llegó a hablar de prepararse para la guerra. El Presidente iraní alega que solo se trata de emplear la energía nuclear con fines pacíficos, y que Irán, como cualquier otro país soberano, tiene derecho a la tecnología atómica, lo cual es cierto. Pero en este mundo de los dequilibrios de poder, existe una especie de veto de las grandes potencias nucleares a que países que ellas consideran indignos de confianza, reclamen los mismos derechos que ellos detentan. Lo que, sin duda es muy discutible. -Quien le dió a los Estados Unidos, Francia, Rusia, el Reino Unido el privilegio de ser los únicos suficientemente equilibrados como para merecer tamaña distinción ? la historia, por lo menos, no los hizo muy prudentes en el pasado. Pero en el caso de Irán, es claro que cuentan a su favor con los temores que en el mundo cristiano causan los antecedentes inmediatos de esa tendencia al fundamentalismo, que empezó precisamente con los ayatolas. Que con justicia o no, mucha gente relaciona con Bin Laden y el crepitante espectáculo de las torres gemelas ardiendo hace seis años.

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