lunes, 1 de octubre de 2007

Menos moralismo, mas sentido comun

Robert J. Samuelson ha intervenido en los debates que denuncian el calentamiento climático, la más reciente de las raras cruzadas morales que adelantan los periodistas, para denunciar que esa indignación punitiva no siempre hace buenas migas con un periodismo de calidad. Porque al querer oponer a los buenos con los malos, se termina por simplificar abusivamente una cuestión de por sí complicada. Evidentemente, -dice Samuelson-, el calentamiento global es una realidad; pero cómo lidiar con él, es otra cosa.
Un artículo reciente de Newsweek denuncia que una campaña bien coordinada, apoyada por una financiación importante y dirigida por científicos escépticos, unos think tanks neoliberales y los industriales, estarían sembrando la duda en los espíritus a propósito del calentamiento. Esta "máquina de la negación" estaría complicado a todo vapor, la lucha contra ese fenómeno. Moraleja: desmontemos los argumentos de la citada máquina, y los Estados podrán dedicarse seriamente a luchar contra el problema. Para Samuelson, el artículo es muy interesante, si no fuera porque es erróneo.
En su concepto, un silencio ensordecedor recae sobre uno de los temas claves del debate sobre el calentamiento: no existe la tecnología que se le pueda enfrentar. Si creemos un estudio publicado en 2.006 por la Agencia Internacional de energía (AIE), las políticas actuales significarán una duplicación de las emisiones de dióxido de carbono (uno de los principales gases del efecto invernadero) de aquí a 2.050; este aumento provendría en un 70% de los países en desarrollo. Además, la AIE ha simulado el nivel de las emisiones en caso de que se utilizaran en masa las tecnologías actualmente disponibles: energía solar y eólica, biomasa, automóbiles más "verdes", electrodomésticos y edificios de poco gasto energético, y más energía nuclear. y aún en este mundo fantasioso, las emisiones mundiales apenas superarían ligeramente los niveles de 2.003.
De todos modos, si lograramos disminuir las emisiones de manera substancial, esas reducciones quedarían sin duda aniquiladas por el alza del consumo de energía en China o en otras partes. Según las proyecciones del McKinsey Global Institute, entre 2.003 y 2.020 el número de vehículos en China pasará de 26 millones a 120 millones, y la superficie media consagrada al hábitat aumentará un 50%; al mismo tiempo, el crecimiento de la demanda energética media anual será del 4.4%. Incluso con una gestión optima de la energía, las necesidades aumentarán un mínimo de 2.8% por año.
Frente a estas realidades, la "máquina de negación" de Newsweek no pesa mayormente. Su influencia sigue siendo moderada. En esta cuestión los grandes conglomerados periodísticos son generalmente hostiles, como lo demuestran los constantes titulares. Es cierto que otros mecanismos para la obtención de la energía podrían paliar en algo el problema; pero lo cierto es que la humanidad no tiene hoy una solución efectiva al problema.
Y por eso el periodismo no debería presentar las cosas desde la perspectiva moralizadora burlándose constantemente de quienes piensan distinto. Porque también en este campo juega y debe ser respetada la libertad de pensar distinto.

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