domingo, 19 de agosto de 2007

Antropologia

La misión de establecer la evolución humana es fascinante. Descubrir que la presencia del hombre en la tierra es mucho más antigua de lo que sugerían las religiones fué un descubrimiento del siglo pasado que desconcertó a muchos, y que aún hoy es controvertido o abiertamente negado por los fundamentalismos religiosos, basados contra toda evidencia, en los textos de sus credos, a los cuales insisten en darle categoría de testimonio historico. Pero esa indagación es también desconcertante por lo compeja que ha resultado. No bien se logra armar lo que se considera el árbol genealógico de la raza humana, cuando un nuevo descubrimiento lo derriba. La semana pasada un nuevo hallazgo modificó una más de las certezas de los científicos. Se había creído que el HOMO HABILIS había precedido al HOMO ERECTUS; ambos serían ancestros del hombre moderno. Uno de los fósiles encontrados es un cráneo de homo erectus, y el otro, un pedazo de mandíbula superior que, por sus características, perteneció al homo habilis. Para sorpresa de los arqueólogos, el exámen de la mandíbula reveló que data de 1.4 millones de años. Todos los fósiles de homo habilis encontrados hasta hoy tenían entre 1.7 y 1.9 millones de años. La conclusión obvia es que el homo habilis no dió orígen al homo erectus sino que ambos coexistieron por lo menos durante 500.000 años. Pero además, el cráneo de homo erectus es menor que los que ya se habían encontrado antes, lo que, de acuerdo con el paleontólogo Fred Spoor, director de la exploración, significa que pertenecía a una hembra. Pues bien, la diferencia de tamaño de los cráneos de machos y hembras es una característica de los simios y no de los seres humanos.
Lo anterior significa que, a pesar de las apariencias, probablemente estamos todavía muy lejos de saber con seguridad desde cuando y cómo empezó nuestro peregrinaje por la tierra.

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