Es curioso que Woody Allen sea tan admirado en Europa. Es sin duda un director de talento y sus películas imaginativas y en general brillantes, si bien su sentido del humor resulta a veces algo fastidioso por venir, en buena parte de la frustración y la impotencia para hallar la felicidad o al menos una existencia soportable. Pero esa desbordada admiracieon tal vez se deba a que Allen no sea tan apreciado en su propio país. Y nada entusiasma más a los europeos que algo por lo que los americanos no sientan particular predilección.
Pero bien puede decirse que su prestigio mediático es un invento europeo. Él mismo, que es también norteamericano lo dijo alguna vez. Siempre parece muy sorprendido con el entusiasmo que causa, especialmente en Francia. Y en España, que como se sabe, sigue siempre las preferencias de los franceses por cualquier cosa. Precisamente en Barcelona, Woody Allen filma actualmente una película con el apoyo de la municipalidad, apoyo que muchos consideran exagerado. Pero los catalanes deben de estar pensando en que el éxito del director cinematográfico está asegurado, y con él la promoción de su capital.
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