miércoles, 29 de agosto de 2007

Cumbres Borrascosas

Una de las esperanzas de las organizaciones ecologistas ha sido el reeplazo de las llamadas fuentes de energía no renovable como el petróleo, por otras fuentes supuestamente no contaminantes como la energía solar, o la eólica. El problema es que la infraestructura necesaria para que funcionen es demasiado costosa en relación con su eficiencia. Además, exigen condiciones que solo se dan en determinadas partes; así, para obtener la energía proveniente de los rayos solares es necesario, lógicamente, que éstos tengan una intensidad especial durante períodos relativamente prolongados lo cual no ocurre sino en ciertos lugares de la tierra y eso, en determinadas épocas del año. En cuanto a los vientos necesarios para mover los molinos, ocurre algo similar; hay regiones en donde las corrientes carecen de la fuerza necesaria para obtener la cantidad de energía requerida para hacer viable y efectivo el sistema. Los modernos molinos de viento son estructuras gigantescas de más de 100 metros de altura y grandes aspas que, además tienen un inconveniente que es dúramente denunciado por algunos sectores ambientalistas: hacen demasiado ruido y producen por tanto una forma alternativa de contaminación sonora. No obstante estos defectos, el sistema ha sido inmensamente popular en algunos países, especialmente europeos de entre los cuales Alemania descolla con cerca de 18.000 molinos. Pero ahora ha aparecido una nueva dificultad. Resulta que en noviembre pasado se produjo la ruptura súbita de una de las aspas de una de las turbinas, lo que proyectó un gran trozo de metal de más de 10 metros a gran distancia, evidenciando el peligro potencial de las máquiinas. El hecho ocurrió cerca de Oldemburg, una población situada en el norte de Alemania, y puso en emergencia a las autoridades que ordenaron una investigación que acaba de concluir con resultados desvastadores. Aparentemente la calidad de los molinos no es la adecuada frente a las exigencias técnicas de su funcionamiento. Pero además, la investigación ha descubierto que las fallas han venido sucediendo desde hace tiempo y muestran entre otras cosas que los riesgos son mucho mayores de lo esperado. Desgaste prematuro, recalentamiento de las turbinas, ruptura frecuente de diversas partes, todo ello demuestra que la implementación de un sistema técnicamente adecuado no se ha conseguido aún. Los Alemanes, con su tradicional maestría técnica seguramente conseguirán mejorar el sistema, pero de todos modos, hay que concluir que los sueños de los defensores del medio ambiente se demorarán en concretarse.

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