Que la humanidad está contaminando la naturaleza nadie lo niega. Los seres humanos estamos dedicados a poner en peligro el entorno y las condiciones que hacen posible nuestra existencia; una determinada forma de orden de las cosas que, si se cambia, puede significar la desaparición de la especie humana. No es que peligre la naturaleza. Ella es indestructible e independiente de la existencia de esta o de cualquier otra forma de vida.
Pero, será verdad que ese habitat favorable a nosotros está realmente en una situación tan crítica ? Es difícil saberlo porque el clima de alarma y, porqué no decirlo, de histeria mundial embrolla en cierto modo las cosas y dificulta tener una idea clara de las reales dimensiones del problema. Por ejemplo, muchos fenómenos extremos son indudablemente cíclicos. Por períodos de cierto número de décadas e incluso siglos, ciertos trastornos de la naturaleza se han repetido a lo largo de la historia. Sequías, lluvias, heladas, nevadas, erupciones y terremotos han aparecido y desaparecido una y otra vez. -Que son si no, las referencias bíblicas a los siete años de "vacas flacas y vacas gordas" que aparecieron en el sueño del Faraón ? Y allí está el fenómeno del "Niño" que los pescadores peruanos bautizaron así porque aparecía cada siete años en navidad ?
Entonces, -hasta dónde estos deshielos de ahora en unas partes mientras en las otras aparecen nevadas desacostumbradas que, se dice, son las peores en los últimos cuarenta años son realmente fruto del calentamiento global ? y qué pasaba hace cuarenta años ? o hace cincuenta ? o cuando se dió la sequía de los años treinta ? Uno entiende que para lograr que se tenga conciencia de las amenazas que implican los comportamientos riesgosos sea necesario exagerar un poco, o mucho; pero ojalá a las Casandras de hoy no les termine ocurriendo lo que le pasaba a la griega.
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