jueves, 3 de julio de 2008
Necesidad de atención sicológica
Lo primero que han hecho los americanos con sus tres compatriotas liberados es internarlos en un hospital especial para examinarlos física y mentalmente. De los dos aspectos es claro que el segundo es el más importante; personas secuestradas por diez años tienen que tener, necesariamente, secuelas sicológicas que dificultan su reinsersión en la sociedad y en una vida normal. Es conocido, por ejemplo, el síndrome de estrés post-traumático que aqueja a las personas sometidas durante un cierto tiempo a tensiones severas, como es el caso de los secuestrados. La prensa francesa, por ejemplo, ha interrogado siquiatras que pronostican que, pasada la euforia de la liberación y el encuentro con sus hijos, Ingrid experimetará un agotamiento mental severo que la obligará a someterse a tratamiento sicológico especial. Es de esperar por tanto, que el Estado se preocupe por la atención de los soldados, dado que ellos no cuentan con las posibilidades de Ingrid. Ya se ha visto cómo otros secuestrados, liberados anteriormente han tenido dificultades para adaptarse a la vida conyugal, con la consiguiente ruptura, lo cual termina por prolongar cruelmente el sufrimiento de sus familias. El país le debe a esas personas un cuidado y una atención que les devuelva en alguna forma lo que perdieron por estar a su servicio y al de la sociedad.
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