Poco a poco, inexorablemente, sigue el hundimiento de los partidos. Demolidos por la ambición, la mediocridad y la irresponsabilidad de sus dirigentes, van creando un vacío de poder político que debilita rápidamente la institucionalidad y el statu quo. Y ese vacío será llenado por otras fuerzas; que ojalá encuentren la senda para enrutar al país hacia del desarrollo, el progreso, la igualdad y la prosperidad, acabándo con las feroces plutocracias que lo tienen también paralizado con su codicia brutal.
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