Tres grupos económicos aspiran al tercer canal. Dos españoles y no venezolano. Yo prefiero el venezolano. Creo que nada gana el país con entregarle otra porción de la opinión pública a unos negociantes a quienes no les interesa, como nuevos conquistadores, la plata. Un ejemplo de ello lo acabamos de ver, cuando lel que fuera el diario más prestigioso del país, ha empezado a publicar, en primera plana, historias de alcoba al mejor estilo de la "prensa del corazón", nido de los paparazzi peninsulares.
Al fin y al cabo el grupo venezolano está más cerca culturalmente del país. Y con las dificultades en Venezuela, seguramente querrá fortalecer aún más su vinculación al país. Con los españoles solo nos espera la mediocridad y el mal gusto. Pero sabiendo como son las cosas aquí, es seguro que la adjudicación no será la que más nos favorece.
Por otra parte, el país deberá redefinir su legislación en materia de telecomunicaciones y de televisión. Las diferencias entre los medios electrónicos son cada vez menores; ya se transmiten imágenes por internet, lo que técnicamente no es televisión, aunque semánticamente no haya diferencia. Y es evidente que los grandes desarrollos que se están produciendo imponen una completa revisión de las normas.
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